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| ¿Pero no queréis venir para verlo? | |
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| Demás, tú eres enemigo de los caminos rectos del Señor, y ya has sido condenado, por haberte desviado tú mismo, por uno de los jueces de S. M. ¿Por qué procuras envolvernos en semejante condenación? Además, si nos desviamos en lo más mínimo, de seguro nuestro Señor el Rey será sabedor de ello y nos avergonzará allí donde menos queremos ser avergonzados; es decir: delante de él. | |
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| Yo también soy uno como vosotros, y si me esperáis un poco os acompañaré. | |
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| ¿Cómo te llamas? ¿No es tu nombre el que te he dado? | |
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Después de que Cristiano acabó de hablar, él y Esperanza siguieron su camino |
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| Sí; mi nombre es Demás, y soy hijo de Abraham | |
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| Ya te conozco; tuviste por bisabuelo a Giezi y por padre a Judas, y has seguido sus huellas. Es una trampa infernal la que nos tiendes; tu padre se ahorcó por traidor, y no mereces mejor tratamiento. Te aseguro que cuando lleguemos a la presencia del Rey le informaremos de esta tu conducta. | |
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