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| Además, el que mata a otro no mata más que su cuerpo; pero el que se mata a sí mismo, mata el cuerpo y el alma a una; y sobre todo, hablas de descanso en el sepulcro; ¿pero acaso has olvidado adonde van ciertamente los que matan? Porque "ningún asesino tiene vida eterna". | |
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| Consideremos, además, que no está toda la ley en manos de este Gigante; hay otros, según entiendo, que, como nosotros, han sido cogidos por él, y, sin embargo, han escapado de sus manos; ¿quién sabe si ese Dios que ha hecho el mundo hará que muera ese Gigante Desesperación, o que un día u otro se olvide echar el cerrojo, o que tenga pronto otro de sus accidentes estando aquí y pierda el uso de sus pies? | |
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Con tales palabras consiguió Esperanza por entonces moderar el ánimo de su hermano, y así siguieron juntos en las tinieblas todo aquel día, en su triste y dolorosa situación. |
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| Si tal aconteciese otra vez, estoy resuelto a obrar con energía y hacer lo posible por escaparme de sus manos; he sido un tonto en no haberlo procurado antes; pero tengamos paciencia y suframos un poco más; vendrá la hora en que se nos dará una feliz libertad; no seamos nuestros propios asesinos | |
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