Caminando los peregrinos, llegaron por fin a las Montañas de Delicias, propiedad del Señor del Collado. Subieron a ellas para contemplar los jardines, viñedos y fuentes de agua; allí también bebieron, se lavaron y comieron libremente del fruto de las viñas. En lo alto de estas montañas había Pastores apacentando sus rebaños; y precisamente estaban entonces a poca distancia del camino. Se acercaron a ellos los peregrinos, y apoyados en sus báculos (como suelen hacer los viajeros cansados, cuando se detienen a hablar con alguien en el camino), les preguntaron de quién eran aquellas Montañas de Delicias y los ganados que en ellas pastaban. |
|
|
|
|
|
|
Enterados los Pastores de que aquellos eran peregrinos, les hicieron algunas preguntas sobre su país natal, su entrada en el buen camino, su perseverancia en seguirlo, porque son muy pocos los que llegan en su viaje a estas montañas, y cuando oyeron las satisfactorias respuestas de aquéllos, los agasajaron mucho y les dieron la más cordial bienvenida. |
|
|
|
|
|
|
Los pastores se llamaban Ciencia, Experiencia, Vigilancia y Sinceridad. Tomaron, pues, de la mano a los peregrinos y los introdujeron en sus tiendas. |
|
|
|
|
|
|